Lo mejor de The National son sus letras. Ya está, lo dije. Matt Berninger es un genio de la pluma y el papel y de las cuerdas vocales y el micrófono. "Alligator" de 2005 es su tercer álbum y el que los puso en la libreta de notas y listas de fin de año de los críticos. Originarios de Cincinnati, al escucharlos es casi imposible creer que no sean neoyorquinos, aunque hoy en día están basados en Brooklyn. Su sonido es una extraña mezcla del más puro indie y esa especie de balada de piano de ebrios en bares llenos de humo y con los últimos sobrevivientes de la era del burlesque como Tom Waits y hasta Enrique Bunbury.
Con guitarras dignas de aquella resurrección del post-punk de principios y mediados de la década que vio a bandas como Interpol canalizando a Television y Joy Division desde sus respectivos tiempos, música indie, monótona, aguda, repetitiva, hipnótica, pegajosa, a veces sombria y alegre pero siempre punteada por la entrega de Berninger. Desde "Secret Meeting", que abre el disco, nos damos cuenta de lo especial de su voz, monótona, grave, casi aburrida y sin embargo tan emocional. Es en esta entrega tan deadpan que el impacto de The National se hace evidente, sobre todo mientras Berninger sigue hablando tan cool y poco afectado, como poeta de cuello de tortuga negro y bongós, mientras las vocales secundarias gritan a todo pulmón "it's in the basement, honey" o algo así.
Las letras se empiezan a destacar en "Karen", aunque no hay una línea o estrofa que amerite citarse, toda la canción empieza a dar nota del estilo líterario de la banda. Imágenes absurdas, algo de verbosidad, metáforas casi poéticas y referencias abstractas a "América" punteadas con muy pocas pero muy bien empleadas groserías. Asimismo, uno de los temas principales del disco se nota, el ego. En "Lit Up" Berninger llama a alguien "la vida baja de la fiesta, malasangre para todos", y en "All the Wine" él clama "estoy armado hermosamente | gran botella húmeda en mi puño | gran rosa húmeda entre mis dientes | soy un perfecto imbécil | como todo californiano | tan alto que destaco en la calle | con haces de luz a mi espalda | soy un festival, un desfile" y que "lo siento, pero la caravana tendrá que darme la vuelta esta vez | porque Dios está de mi lado | soy la niña novia", utilizando probablemente las dos personas más egocéntricas que puedas encontrar (un niño y una novia en el día de su boda) para ilustrar el ego a la vez enorme y por los suelos de algún personaje. En "Baby, We'll Be Fine" el coro es simplemente "lo siento tanto por todo" repetido como verdadera oración entre peticiones a alguien "di algo perfecto, algo que pueda robar", un grito de "sálvame", "rescátame" si alguna vez ha habido alguno.
En "The Geese of Beverly Road" es donde Berninger quizá suena más romántico con la estrofa "liberaremos a los gansos de Beverly Road | hey, amor, nos saldremos con la nuestra | correremos como si fuéramos geniales, genios totales | somos los herederos del mundo brillante" y las geniales "iremos de carro en durmiente carro | susurrando en sus durmientes oídos | 'estuvimos aquí, estuvimos aquí'" y "ven a ser mi mesera y sírveme esta noche | sírveme el cielo con una gran rodaja de limón". La última canción del disco, "Mr. November" cierra con broche de oro con su coro de "soy la nueva sangre azul, la gran esperanza blanca | no nos joderé, soy el Sr. Noviembre" y la última analogía del bipolar ego de las letras de Berninger, "solía ser cargado en los brazos de porristas".
Un último detalle de la música de The National y lo que los diferencia de tantas otras bandas es el hecho de que entre sus miembro se encuentra Padma Newsome, miembro también de Clogs y absoluto virtuoso del violín. Recuerdo perfectamente cuando los vi en vivo y entre Berninger gritando sus letras a todo pulmón sin moverse y sin expresión en su cara y toda la gente y todo eso, lo que más destacaba sin duda alguna era el talento del violinista, tocando con esa energía especial del rock pero con el virtuosismo de solista de orquesta. Verdaderamente fue algo único.
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The best thing about The National is their lyrics. There, I said it. Matt Berninger is a genius of the pen and paper and of the vocal chords and microphone. 2005's "Alligator" is their third album and the one that would place them on the notepads and end-year lists of music critics. Originally from Cincinnati, when hearing them it's pretty difficult to believe they're not from New York, although they are based off Brooklyn nowadays. Their sound is an odd mixture of the purest indie and that sort of drunken piano ballads from bars blinded by smoke and with the last survivors of the burlesque era such as Tom Waits and even Enrique Bunbury.
With guitars worthy of that post-punk resurrection of the early and middle years of the decade, which saw bands such as Interpol channeling Television and Joy Division from their respective time frames, indie, repetitive, monotone, sharp, hypnotic, catchy, sometimes somber and glad music always marked by Berninger's delivery. From the opener "Secret Meeting" we realize how special his voice is, monotone, deep, almost bored and yet so emotional. It's in this deadpan delivery that The National's impact becomes evident, specially when Berninger sounds so cool and unaffected, while the background vocals shout with all their might "it's in the basement, honey" or something like it.
The lyrics begin shining on "Karen", and while there's no one line or stanza worth quoting, the whole song highlights the band's literary style. Absurd imagery, some verbosity, nigh-poetic metaphors and abstract references to "America" interspersed with some very well-employed cursing. Likewise, one of the main themes of the album becomes noticeable, ego. In "Lit Up" Berninger calls an unknown someone "the low life of the party | bad blood for everybody", and in "All the Wine" he claims "I'm put together beautifully | big wet bottle in my fist | big wet rose in my teeth | I'm a perfect piece of ass | like every Californian | so tall I take over the street | with light beams shining on my back | I'm a festival, I'm a parade" and "so sorry, but the motorcade will have to go around me this time | 'cause God is on my side | and I'm the child bride", using which are probably the most egocentric characters one could possibly find, a child and a bride, to illustrate the at times huge and others down low ego of some character. In "Baby, We'll Be Fine" the chorus is a simple "I'm so sorry for everything" repeated as a true prayer amongst shouts for someone to "say something perfect, something I can steal" as the most honest screams of "save me" that have ever been.
It's quite probably on "The Geese of Beverly Road" that Berninger sounds at his most romantic with the stanza "we'll set off the geese of Beverly Road | hey love, we'll get away with it | we'll run like we're awesome, totally genius | we're the heirs to the glimmering world" and the brilliant "we'll go from car to sleeping car | whisper in their sleeping ears | 'we were here, we were here'" and "come be my waitress and serve me tonight | serve me the sky with a big slice of lemon". The last song of the album is "Mr. November" and it closes it magnificently with its chorus of "I'm the new blue blood, I'm the great white hope | I won't fuck us over, I'm Mr. November" and the final analogy to the bipolar ego of Berninger's lyrics "I used to be carried in the arms of cheerleaders".
A final detail of The National's music and that sets them apart from so many other bands out there is the fact that they count Padma Newsome amongst their members, who also plays in Clogs and is a true fiddle virtuoso. I perfectly remember the time I saw them live and amongst Berninger shouting his lyrics out without any motion and with a plain face and all the people and all that, what was most noticeable was the talent of this fiddler, playing with that unique energy of rock but with the vituosity of an orchestra soloist. Truly something unique.